«Tengo» pero «no quiero». Cómo superar este dilema

Diapositiva2

La lucha es constante: una parte mía dice que “tengo” que hacer algo y otra parte mía se resiste porque “quiere” hacer otra cosa. Son muy pocos los que no están permanentemente en esta disyuntiva. Al menos yo vivo librando feroces batallas entre estos dos conceptos.

Si le hago demasiado caso al “tengo”, entonces el “quiero” me comienza a inventar excusas de todo tipo para distraer mi atención. Y termina convenciéndome de las cosas más insólitas, p.ej. de que no pasa nada si dedico un rato (que suele ser demasiado largo) a consultar mis redes sociales antes de trabajar en ese informe muy importante que vence hoy.

Por otro lado, si le hago demasiado caso al “quiero”, entonces el “tengo” se encarga de sabotearme el placer con un catálogo extenso de culpas.

¿Hay solución?

Sí. Lo primero es darnos cuenta de que ambas partes tienen su parte de razón. A veces una más que otra, pero, en cualquier caso, ambas partes quieren lo mejor para nosotros. Lo que sucede es que muchas veces tenemos tendencia a hacerle más caso a una de las partes y entonces la otra se enfada y nos sabotea.

Entonces, si ambas partes tienen su parte de razón y están dispuestas a todo para que las tengamos en cuenta, quizás la solución pase por negociar un acuerdo. Esto es, escuchar ambas posturas, darles su lugar y reconocimiento, sabiendo que ambas son importantes y tomar una decisión que las equilibre. Equilibrarlas no tiene que significar un punto medio. Pero implica que hemos tomado una decisión consciente balanceando pros y contras.

Nos damos cuenta de que hemos llegado a esa decisión cuando en lugar de hablar de “tengo” o “quiero” comenzamos a hablar de “elijo”. Asumir nuestro poder de elección es la solución.

Diapositiva3

La elección es un acto consciente y por ello también debemos ser conscientes de cuando expresamos «tengo», para decidir si queremos sustituir esa palabra por por «elijo».  Esto es muy importante, ya que el lenguaje condiciona nuestro pensamiento, nuestro pensamiento nos genera emociones y estas emociones son las que nos mueven, es decir, nos hacen actuar en un sentido o en otro. Por ello, hacernos cargo de nuestro poder de elegir – y de declarar que hacemos algo por elección – nos va a permitir reducir los sabotajes inconscientes a los que he hecho referencia más arriba.

Diapositiva4

Si quieres saber más acerca de procesos de coaching para mejorar tu productividad personal, ver aquí.

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Ir al contenido