El libro está escrito por Tommy Jaud, autor muy popular en Alemania por sus novelas que son una suerte de «chick lit» masculino.
Trata de Simon Peters, un alemán muy neurótico, enfadado con el mundo y que hace dos años que está en el paro. Su tiempo lo dedica a reclamar a las empresas por la mala calidad de sus productos (p.ej. porque se le ha atascado la mano en un envase de Pringles al intentar sacar las patatas del fondo). Y su malestar se agrava cuando al piso de arriba se muda Anabela, una yuppie exitosa que, al ser su antítesis, le pone de los nervios.
La lectura es ágil y muy divertida. Hacía tiempo que no me reía en voz alta leyendo un libro. Las situaciones por las que atraviesa Simon Peters son intencionalmente exageradas pero al final dejan un espacio para la reflexión: critican el “deber ser” social y muestran que el camino a la superación a veces comienza por reconocer y aceptar lo que somos y construir un proyecto que se base en nuestros verdaderos valores y esencias.
Aún – o sobre todo – cuando en apariencia se es un perdedor como Simon Peters.